Escrito para Fundación Kabbalistas www.kabbalistas.cl
Estamos en el mes de Elul (virgo), un mes hermoso, como todos, pero especialmente importante porque nos llama a “pagar nuestras deudas” de manera figurativa y literal. En otras palabras, la idea es cerrar ciclos, terminar las tareas pendientes, perdonar y agradecer emociones que dan constantemente vuelta en nuestro corazón y mente. Limpiar y deshacernos de todo aquello que conscientemente o no, hemos puesto sobre nuestros hombros y nos ha hecho la vida más dura. Es una maravillosa instancia de hacer teshuvá y reencontrarnos con nuestro Creador.
Hashem está cerca y esta oportunidad debería llamarnos a pensar en cómo podemos encontrarnos con Él de una manera más concreta. ¿Qué mensaje o evento calificarías como una real aparición de Hashem?
Los kabbalistas sabemos que todo viene de Hashem y la constante reflexión de esta afirmación hace nutrir nuestra emunah y acercarnos cada vez más a nuestro Padre. Pero, en este mes, ¿podríamos llegar a algo más concreto como, por ejemplo, verlo? Si cada uno de nosotros se acerca a la Luz, y los seres humanos nos reflejamos unos a otros, ¿será posible que ahora, con más fervor que nunca, podamos ver a Hashem en nuestro prójimo?
Si este es nuestro real deseo, la ayuda del nombre de Di-s 48 “Unidad”, puede mostrarnos el camino a la tolerancia, la compasión y el amor por el otro. Esta energía divina nos llama a conectar con la esencia de “todo viene de Hashem”, entendiendo que incluso lo que nos parece mal, incorrecto, ese compañero malintencionado, la vecina envidiosa, la manera en que el otro cría a sus hijos, etc. todo eso es para nosotros y parte de nosotros, una parte que debemos transformar tratando al otro con dulzura, delicadeza y dignidad.
Hashem nos llama a ser UNO y nos demuestra día a día la grandeza que hay tras la elevación de consciencia de diversos grupos que buscamos volver al Creador. Sin ir más lejos, 20 años atrás no estaríamos redactando esta reflexión, porque probablemente no muchos tendrían interés en leerla. Hoy sí. Como le digo a mis alumnos: Somos equipo.
¡Qué Hashem nos tome a todos de las manos y nos haga hacer una ronda, una en donde al mirarnos las caras, lo veamos a Él, en su infinito amor y misericordia. Amén ve Amén!
Con cariño,
M. Natalia Carretier
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