Hoy tengo el honor de hablarles sobre cómo nuestra esencia, lo que somos, tiene una innegable conexión con lo que vivimos y tenemos.
Ciertamente, el tema de manifestar lo que queremos por medio del manejo de nuestra energía; es decir, desear algo, visualizarlo y agradecerlo con antelación ha estado en la palestra desde hace casi 20 años. De hecho, quizás muchos de ustedes han escuchado o leído el libro “El Secreto” (que tuvo película también), cuyo aporte a despertar nuestro poder creativo y también vernos como responsables de lo que nos pasa es tremendo. Sin embargo, a pesar de lo asertivo que puede ser su contenido, claramente algo falta por desarrollar, pues de los miles de millones que leyeron el libro, sólo una pequeña fracción de ellos puede decir que utiliza exitosamente la ley de atracción para su total satisfacción.
Entonces, la pregunta que sigue es evidente: ¿Qué faltó desarrollar? ¿De qué nos perdimos?
Veamos:
a) ¿Realmente sé lo que quiero?
Para responder esta pregunta es necesario tener un objetivo, querer “alcanzar” algo. Pero, para saber a dónde voy, necesito saber de dónde vengo. En Kabbalah, se entiende que el éxito de cualquier proyecto que emprendamos, desde lo más simple hasta lo más complejo, depende de su comienzo. Por lo tanto, estar consciente de nuestro comienzo es esencial para poder sentirnos felices y satisfechos con nuestros logros. De hecho, no es coincidencia que como humanidad sea tan relevante responder este misterio, y por lo mismo, haber desarrollado diversas teorías sobre esto y cómo guiar nuestras vidas en congruencia a la idea/filosofía que hayamos decidido acoger como respuesta. Lo cierto es que para un creyente en Dios/Hashem la respuesta es fácil: somos hijos de Hashem, somos parte de él y es con él donde debemos volver. Estamos conscientes que por muy simple que lo anterior parezca, entenderlo y sentirlo desde el corazón es más bien desafiante y por eso la Kabbalah nos “ordena” y nos enseña cómo vivir en coherencia con esta verdad.
b) Si debo volver con el Padre ¿Estoy deseando hacer y conseguir cosas coherentes con este fin?
Así como la pregunta anterior es esencial para guiar nuestros deseos, esta también aporta un componente de base que nos permite realmente revelar la luz que todos llevamos dentro (volver a Hashem).
El camino que hemos recorrido como humanidad no ha sido en vano. Hemos logrado llegar a ciertas conclusiones que nos ayuda a clarificarnos. Podemos decir que:
1. Somos seres divinos adquiriendo méritos para volver al Padre: Debemos “merecer” nuestro goce de ser seres divinos.
2. Nuestra evolución implica recordar nuestra "verdad": Para empezar, debemos recordar que nuestros errores son nuestro perfeccionamiento, que el mérito consiste en recorrer un camino de faltas para apreciar la dicha de ser hijos de HASHEM.
3. Las versiones de nuestro mundo y esencia se comienzan a aunar: El hecho de que ciencia y espiritualidad se estén “poniendo de acuerdo” con las explicaciones del qué y cómo somos, y el mismo hecho de que aún no puedan entender el origen, la fuente que da origen a todo, hace que la humanidad encuentre/recuerde su camino de manera más expedita.
4. Globalización y el paso a la transparencia: El avance tecnológico y en comunicaciones nos permite derribar distancias físicas, ya sea aquellas más domésticas como aquellas que develan información que jamás hubiésemos sabido de no ser por estas nuevas condiciones de vida, en especial la cibernética.
5. El conocimiento se democratiza (Ley de atracción): Por la misma razón anterior, el conocimiento se expande y surgen nuevas necesidades, a lo que libros como “El Secreto” apuntan a satisfacer.
6. Pero aún el crecimiento espiritual no va a la par: El desafío principal es que como es la generalidad que tiene acceso al conocimiento, el uso de éste se torna peligroso. El conocimiento, en particular el espiritual, da cabida a muchas tergiversaciones.
7. Hay polarización (mucha): Las tergiversaciones dan lugar a herramientas de vida aplicadas a diferentes fines, y esos fines no tienen siempre el mismo origen. Por lo mismo, aquellos que tienen claro que de HASHEM vienen estas herramientas (creyentes) deben ser valientes y consistentes para no contaminarse.
En otras palabras: ¿Tienen mis deseos un fin espiritual? Y el “fin espiritual” responde a: ¿Cuál es el aporte de mis deseos a mis seres queridos y a mi prójimo en general? ¿Estoy siquiera pensando en ellos, o sólo en mi beneficio, en lo que a MÍ me haría feliz?
c) Una vez habiendo esclarecido mis deseos, ¿Qué receta debo seguir para poder manifestarlos en mi vida?
Así como mencioné en un principio, la Ley de Atracción postula que pensar en el deseo nos permite vibrar en una sintonía que nos lleva a sentir la manifestación pedida como algo “real”, y así poder agradecer de corazón por ella (o sea, coherencia). Pero, para un creyente la respuesta es mucho más simple: hacer PLEGARIA. En otras palabras, construir una relación férrea con Hashem, sabiendo que es un Padre amoroso y todopoderoso, capaz de cumplir cualquier deseo que tengamos. Sin embargo, la ventaja que tenemos al incluir a Hashem en todo lo que hacemos es tener la certeza de que Hashem es un Padre amoroso con todos sus hijos, por lo tanto un deseo con fin espiritual está garantizado.
Así es como la PLEGARIA se transforma en la llave maestra para revelar nuestra luz. Simplemente es la calidad de nuestra relación con Dios lo que define nuestro éxito, porque todo viene de Él. Eso sí, la PLEGARIA tiene un ingrediente irremplazable: EMUNAH. La Emunah es un tema muy profundo, quizás abordable en un curso entero. No obstante, podría resumir este concepto como una FE sin miedo. Sé que parece una contrariedad, pero la Emunah dista del concepto de FE que quizás la mayoría de nosotros conoce, dado a que no tiene que ver netamente con “esperanza”, con un concepto más bien “futurista”. Para nosotros, Emunah es ahora, es hoy, es tener una mezcla de: certeza + alegría + amor, todo junto al mismo tiempo.
¿Resumamos más? PLEGARIA con EMUNAH: Revelación segura.
En resumen: PLEGARIA con EMUNAH: Revelación segura. Debemos poner mucha atención, consciencia y amor al contenido de nuestra plegaria, siendo así muy claros en la VERDAD de nuestras peticiones y en cómo se condicen concretamente con nuestro fin espiritual y las acciones derivadas de eso. Ese es nuestro foco. No es el resultado, es el origen de querer ese resultado. Es nuestro comienzo.
